lunes, 6 de marzo de 2017

El famoso autobús

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Este es el famoso autobús que ha circulado por Madrid con este mensaje y que tanto ha revolucionado los medios de comunicación. Este mensaje que tanto ha dado de que hablar y que, pese a que los directivos de esta organización han aclarado que no pretenden discriminar ni ofender a nadie, que simplemente recoge un dato de la biología que todos conocemos, se ha considerado como un mensaje en contra de la transexualidad, que afecta sobre todo a la transexualidad infantil.

Esto nos hace cuestionarnos si a estas alturas en donde la sociedad ya debería aceptar esto como algo totalmente normal, aunque se ha mejorado en este aspecto con respecto a hace algunos años, sigan existiendo tantos prejuicios hacia la transexualidad. La gente sigue viendo esto como algo fuera de lo normal. Que por ejemplo, un chico se maquille, este sigue siendo cuestionado y mirado de mala manera por la calle si lo hace, cuando debería ser algo normal, la libertad que uno tiene de sentirse a gusto consigo mismo y de hacer con su cuerpo lo que le apetezca. Seguimos poniendo etiquetas a cosas que no deberían por qué tenerlas ya que deberían ser reconocidas como algo totalmente normal como lo es la heterosexualidad, ni clasificar a nadie en hombre o mujer si cada uno tiene la libertad de sentirse como se quiera sentir.

No es solo el mensaje que da este autobús el único problema de todo esto, sino que además, se ha hecho tan viral que el mensaje ha llegado a todo el mundo, y esto afecta realmente a esos niños que no se sienten a gusto con su cuerpo, ya que son muchos los niños que desde pequeños sienten esto, y todos sabemos que muchos de ellos sufren estos prejuicios desde pequeños, en el colegio o bien únicamente porque la sociedad no lo acepta.

Esto hace ver la importancia que tiene que todos los niños tengan una educación cerca de todo esto, empezando por que la sociedad acepte esto y que a estas personas se les de algo tan simple como la normalidad con la que se merecen ser tratados como cualquier otra persona, que no se les cuestionen lo que hacen y cómo se sienten porque cada uno es dueño de sí mismo y de sentirse como uno quiera, y nadie debería tener derecho a hacer que esto no sea así, ni mucho menos de hacer sentir mal a nadie que simplemente quiere ser aquello con lo que se siente bien.

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